Carlos Walter Butin (1917 – 2007)

La dimensión trascendente y espiritual de su legado artístico.

Eximio dibujante y escultor, a través de un estilo personal inconfundible, Carlos W. Butin sorprende por el equilibrio logrado entre una concepción clasicista del arte y el vanguardismo que se evidencia en cada una de sus obras.

El tema dominante a lo largo de su extensa y pródiga labor creativa es el Hombre, en un sentido metafísico. Es la búsqueda del Ser, más allá del espacio y del tiempo, en el acontecer de la Historia, es decir, en la epopeya de la Humanidad.

Muchos de sus bocetos o grupos escultóricos representan un pueblo, una multitud en marcha, peregrinación o procesión. En dichas circunstancias un clima de concentración y honda espiritualidad envuelve y armoniza las formas, de un modo unívoco que determina el movimiento hacia su meta o destino… No son figuras abatidas sino plenas de energía, con una gran fuerza interior que lucha e impele a la acción. Hay dramatismo y también dignidad en la actitud solemne que asumen.

La visión de Carlos W. Butin no es complaciente ni superficial. Se adentra en la profundidad de la condición humana y de allí emerge, hermanándose con los que sufren, trabajan, sueñan. A partir de esa conjunción transmuta a esos seres, sometidos a las adversidades de la vida, convirtiéndolos en paradigmas de heroicidad, en la acepción mitológica de las antiguas culturas. Así los libera, los enaltece, para que sean el reflejo de su mensaje, de su propio desafío ante las vicisitudes a la que se enfrenta en la tenaz y cotidiana labor artística.