“… me tomaría la licencia de decir que debemos ingresar al Universo maravilloso de la Plàstica, con el bagaje de un conocimiento profundo, muy profundo, a través de una labor consciente , sentida y meditada, generada por años de trabajo diario.
En toda craciòn de esta índole, existen dos corrientes paralelas que originan un conceptualismo hermanado en la espiritualidad. Una es la arquitecturaciòn exterior de la obra en la que se encuentra el recinto donde ha de penetrar el fondo de los sustancial, que es el otro aspecto y que ha de ser la esencia genética y vital de la creación artística.
Puntualizo que quiero encontrar en el HOMBRE el elemento axial dónde apoyo la totalidad de mi obra. Debo poner, porque lo siento, toda mi vitalidad en ese centro. He tratado de diagramar mis composiciones a través de una distribución, un armazón de estructuración arquitectónica porque desde mis comienzos, he gustado de la organización escultórica. Tomar la figura individual humana o los grupos encuadrándolos dentro de mi campo plástico como si fueran alto relieves , agrupándolos, trenzàndolos como si se ayudaran o se empujaran todos ellos para liberarse terrenalmente y buscar juntos una estrella…una paloma o lo que buscamos en nuestros sueños. Me conmueven hasta la emoción los grupos de avanzada en busca de lo que uno pretende visualizar en este Apocalipsis o revelación que es la Vida y que, muchas veces, teniendo luz propia se confunde y se diluye en la noche.
Una vez creada la obra la prodigamos no dándole una vida propia sino que logre una trayectoria generalizada y lo màs importante , lleve consigo un mensaje que a pesar de lo torturante de mis trabajos, sea capaz siempre de crear otra voz, la voz ausente y oculta que ella conlleva…”
– Carlos Walter Butin